Anteayer, cuando me iba a la universidad, me encontré con Llamil Vásquez, antiguo poeta áurea surgido de las aulas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, para entregarle su maca para que pueda estar repotenciado y todo lo demás justo para su desenvolvimiento corporal y psíquico, pues.
Lo sorpresivo de todo esto es que cuando nos disponíamos a retirar a eso de cerca de las diez de la noche, en la fotocopiadora "Mary" de La Rotonda, sitio que queda entrando por la puerta de la Av. Universitaria que ahora está en remodelación, encontré a "Mary" y le dije "¿Cómo 'tamos?", a lo que ello respondió: "Bien", así a secas.
Lo cojonudo de todo esto es que cuando le pregunté si consumía maca me dijo que sí y que además me dio la información (me lo pasó) de que consumía "Kaita" y que lo compraba a cuarenta soles, ¡cuarenta soles! por un frasco que yo lo vendo a ¡mucho menos de la mitad! Es increíble. Era increíble. Pero no sé si lo dijo seriamente o por molestar, aunque qué motivos tendría para decirme eso y de mentira, digo yo, pues.
Le dije: "Esta maca que viene pre-tostada y con doscientos cuarenta gramos, lo estoy vendiendo a tan sólo ¡25 soles! Cuando quieras te traigo, para que veas y compares, mi querida, porque ese precio que me dices es realmente EXORBITANTE, pues." A lo que ella ha renglón seguido dijo: "Ya, está bien..." Pero nada más. Supongo que por temor a que le dé gato por liebre o simplemente como decía "carissimo" Llamil Vásquez: EL PODER DE LA MARCA.
Amén.