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14 de junio de 2010

Ser y Tiempo

Si el ser debe concebirse a partir del tiempo, y si los diferentes modos y derivados del ser sólo se vuelven efectivamente comprensibles en sus modificaciones y derivaciones cuando se los considera desde la perspectiva del tiempo, entonces quiere decir que el ser mismo —y no sólo el ente en cuanto está “en el tiempo”— se ha hecho visible en su carácter “temporal”. Pero, en tal caso, “temporal” no puede ya significar solamente “lo que está en el tiempo”. También lo “intemporal” y lo “supratemporal” es “temporal” en lo que respecta a su ser. Y esto, a su vez, no sólo en la forma de una privación frente a algo “temporal” en cuanto ente “en el tiempo”, sino en un sentido positivo, aunque todavía por aclarar. Como la expresión “temporal” se ocupa en el uso lingüístico prefilosófico y filosófico en la significación ya indicada, y como en las investigaciones que siguen la expresión será usada en una significación diferente, llamaremos a la determinación originaria del sentido del ser y de sus caracteres y modos, obtenida a partir del tiempo, determinación temporaria. La tarea ontológica fundamental de la interpretación del ser en cuanto tal incluye, pues, el desentrañamiento de la temporariedad del ser. Sólo en la exposición de la problemática de la temporariedad se dará la respuesta concreta a la pregunta por el sentido del ser.

Puesto que el ser sólo es captable, en cada caso, desde la perspectiva del tiempo, la respuesta a la pregunta por el ser no puede consistir en una frase aislada y ciega. La respuesta será incomprensible si nos limitamos a la repetición de lo que en ella se dice en forma de proposición, especialmente si se la hace circular a la manera de un resultado que flota en el vacío y que sólo requiere ser registrado como un simple “punto de vista”, quizás discrepante de la manera usual de abordar las cosas. Si la respuesta es “nueva”, es algo que carece de importancia y no pasa de ser una pura exterioridad. Lo positivo en ella debe estar en que sea lo suficientemente antigua como para aprender a hacerse cargo de las posibilidades deparadas por los “antiguos”. El sentido más propio de la respuesta consiste en prescribir a la investigación ontológica concreta que dé comienzo a la interrogación investigante dentro del horizonte que habrá sido puesto al descubierto. La respuesta no da más que esto.

Por consiguiente, si la respuesta a la pregunta por el ser debe ofrecernos el hilo conductor para toda futura investigación, de allí se sigue que ella no podrá ser adecuada mientras no nos haga comprender el modo de ser específico de la ontología hecha hasta ahora y las vicisitudes de sus problemas, de sus hallazgos y fracasos, como algo necesariamente ligado al modo de ser del Dasein.

24 de abril de 2008

El poder de la marca

Anteayer, cuando me iba a la universidad, me encontré con Llamil Vásquez, antiguo poeta áurea surgido de las aulas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, para entregarle su maca para que pueda estar repotenciado y todo lo demás justo para su desenvolvimiento corporal y psíquico, pues.

Lo sorpresivo de todo esto es que cuando nos disponíamos a retirar a eso de cerca de las diez de la noche, en la fotocopiadora "Mary" de La Rotonda, sitio que queda entrando por la puerta de la Av. Universitaria que ahora está en remodelación, encontré a "Mary" y le dije "¿Cómo 'tamos?", a lo que ello respondió: "Bien", así a secas.

Lo cojonudo de todo esto es que cuando le pregunté si consumía maca me dijo que sí y que además me dio la información (me lo pasó) de que consumía "Kaita" y que lo compraba a cuarenta soles, ¡cuarenta soles! por un frasco que yo lo vendo a ¡mucho menos de la mitad! Es increíble. Era increíble. Pero no sé si lo dijo seriamente o por molestar, aunque qué motivos tendría para decirme eso y de mentira, digo yo, pues.

Le dije: "Esta maca que viene pre-tostada y con doscientos cuarenta gramos, lo estoy vendiendo a tan sólo ¡25 soles! Cuando quieras te traigo, para que veas y compares, mi querida, porque ese precio que me dices es realmente EXORBITANTE, pues." A lo que ella ha renglón seguido dijo: "Ya, está bien..." Pero nada más. Supongo que por temor a que le dé gato por liebre o simplemente como decía "carissimo" Llamil Vásquez: EL PODER DE LA MARCA.

Amén.